Durante el embarazo la mujer experimenta grandes alteraciones hormonales y en el posparto requiere un tiempo para que el organismo retome su equilibrio,
Los niveles alterados de estrógeno, cortisol, progesterona, entre otros conllevan a una sensación de vulnerabilidad que se traduce en ansiedad, tristeza, obsesiones e incluso cuadros psicológicos más agudos como la crisis psicótica. Toda esta alteración psicológica posparto recibe el nombre de depresión posparto y es bastante común.
Si bien, es cierto que la depresión posparto es muy normal, la intensidad y aparición de los síntomas tienen mucha relación con la predisposición genética de la madre.
Miedo excesivo por el cuidado del bebé, apego excesivo, creencia irracional de ser una mala madre, llanto descontrolado, nerviosismo, desapego y el rechazo, son algunos de los síntomas que pueden presentarse. En ocasiones, debido a la intensidad de las emociones, resulta complicado expresar lo que sienten, se sienten incomprendidas e incluso dejan de compartir sus sentimientos.
Al tratar la depresión posparto el objetivo es reestablecer el equilibrio hormonal causante del mismo, por lo que acudir a tu médico especialista es de gran importancia. Sin embargo, se hace necesario un acompañamiento psicológico que le brinde a la madre los recursos necesarios para lidiar con sus emociones y cuidar de su bebé durante el tiempo que tome a su cuerpo retomar el equilibrio y evitar que la inestabilidad emocional nos detone en un episodio grave. Es imprescindible un trabajo multidisciplinario para un tratamiento efectivo.