Tener ciclos irregulares no significa que seas estéril, aunque sí que puedes encontrar más dificultades a la hora de quedarte embarazada. A veces, las irregularidades en el ciclo hacen que no se produzca ovulación, y entonces no se puede conseguir un embarazo de forma natural. En ese caso debes acudir al médico, que en primer lugar buscará el origen de estas anomalías y tomará medidas para regularte el ciclo. Muchas veces esto es suficiente para lograr el embarazo. En caso negativo, se recurriría a otras soluciones como la fecundación asistida.
Otro problema con el que te puedes enfrentar si tienes ciclos irregulares es que los retrasos en la regla no siempre serán una prueba de que estás embarazada. En su lugar, deberás fijarte en otros síntomas como la aparición de náuseas, el aumento de pecho o el cansancio excesivo. Ante cualquier duda, hazte un test de embarazo.
Sucede lo mismo con la ovulación, ya que no podrás calcular con exactitud cuáles son tus días más fértiles y en lugar de ello deberás estar atenta a las “señales” que envía tu cuerpo: modificación del flujo vaginal, dolores en el pecho y en el bajo vientre, o aumento de la temperatura basal.
Intentarlo de forma natural siempre es la mejor opción pero, si en un año no habéis conseguido el embarazo, conviene que acudas al ginecólogo para que sea él el que decida si podéis comenzar un tratamiento de reproducción asistida.
Entre ellos, la inseminación artificial y la fecundación in vitro son las más comunes (aunque no las únicas).