La regurgitación o reflujo gastroesofágico (RGE) es el paso retrógrado sin esfuerzo del contenido gástrico a la boca (es decir, lo que hemos comido vuelve a la boca). Es muy frecuente, sucede hasta en un 75% de los lactantes pequeños y desaparece con la edad.
Sucede con frecuencia en estas edades por varios motivos:
- el recorrido de la comida hasta el estómago es muy corto (si os fijáis, los bebés apenas tienen cuello)
- el esfínter esofágico inferior (músculo que cierra el estómago para evitar que salga el contenido) aún es débil
- los bebés sólo toman líquido (a algo sólido le costaría mucho más volver a la boca)
- están habitualmente tumbados, con lo que la leche tiene mucha facilidad para fluir desde el estómago a la boca
¿Debemos preocuparnos si nuestro bebé regurgita?
En la mayoría de los casos se trata de un reflujo fisiológico (normal), que disminuye con la edad hasta desaparecer en torno al primer año de vida. El diagnóstico suele ser clínico y no precisan pruebas adicionales. Sin embargo, si el contenido es abundante o se trata de vómitos (con esfuerzo), el bebé está francamente molesto e irritable y/o se afecta el peso del bebé, debemos consultar y, tal vez, precise tratamiento.