La mejor manera de cuidar esta zona es mantenerla siempre limpia y seca.
Es suficiente con lavar la zona con una esponja con un poquito de jabón y dejar que se seque bien después antes de cubrirlo con el pañal o con una gasita.
Si en algún momentos notamos un olor fuerte desagradable o signos de enrojecimiento alrededor de la base del cordón tenemos que consultar al pediatra para descartar infecciones.