La Anorexia y la Bulimia.

Estas enfermedades en un 90% de los casos afectan mayormente a mujeres en edades comprendidas entre los 12 y los 25 años, siendo más frecuente en la adolescencia.
La anorexia y la bulimia se han clasificado por la organización Mundial de la Salud (OMS) como trastornos mentales y de comportamiento ya que suponen una alteración del comportamiento en relación con los alimentos en lo que respecta a su elección, ingesta, eliminación y sus conexiones con el peso y el cuerpo.
La anorexia se caracteriza por un miedo intenso a engordar y un fuerte deseo de bajar de peso. La percepción de la imagen corporal está totalmente distorsionada, no asumen su peso real ni la gravedad de la situación de salud en que se encuentran.
La persona que padece de anorexia restringe voluntariamente la ingesta de alimentos, causando una pérdida de peso excesiva. Suelen obsesionarse con el control de las calorías que contienen las pocas comidas que consumen.

Como es evidente la consecuencia de este trastorno es la desnutrición, que le genera a la persona trastornos digestivos, letargo, fatiga, arritmia, déficit cognitivo, disfunción renal, ausencia de regla (en las mujeres cuando se llega a un peso muy bajo), y en caso de no ser tratada, incluso la muerte.
La bulimia, por su parte, se caracteriza por comer en exceso o de forma compulsiva, asociado con conductas purgativas (por lo general por el vómito).

Las personas con bulimia experimentan episodios recurrentes de hiperfagia (tragar grandes cantidades de comida en poco tiempo, con la sensación de perder el control), seguido por episodios recurrentes “compensatorios”, destinados a prevenir el aumento de peso (purga). Es decir, tras los episodios de ingesta compulsiva de alimentos le siguen episodios de vómitos inducidos, consumo de laxantes, diuréticos, etc.

La bulimia trae como consecuencia trastornos digestivos como el reflujo y la gastritis, daño en la cavidad oral, ansiedad, arritmia, disfunción neuromuscular y depresión.

Los trastornos de la alimentación requieren una gran atención ya que el estado salud de la persona que lo padece, dependerá de si esta acude un especialista. Lo ideal es un equipo multidisciplinario que le asista en los síntomas físicos y psicológicos que componen dichos trastornos

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