Si tenéis hijos y habéis decidido divorciaros o estáis considerándolo, seguramente os estaréis preguntando: ¿Cómo decirle que os divorciáis? ¿Será un trauma para vuestro hijo? ¿Cómo ayudarle en este tránsito?
La separación de los padres es uno de los momentos más difíciles que puede vivir un niño y aunque como padres os cueste afrontar el momento, una vez tomada la decisión, se debe comunicar lo más pronto posible a vuestros hijos para evitar que se enteren por terceras personas.
Lo más recomendable es que los padres os pongáis de acuerdo para informar a vuestros hijos. Dar a los peques la noticia juntos y compartiendo una misma versión, les ayudara a sentirse un poco más confiados con respecto a la relación entre vosotros. Es importante estar unidos frente a ellos para evitar que piensen que os odiáis y culpen a alguno de vosotros por la separación.
Evidentemente si tomáis la decisión de divorciaros es porque existen diferencias entre vosotros pero es muy importante que los niños no escuchen vuestros problemas personales. Nunca insultéis ni hagáis malos comentarios sobre el otro delante de los niños, ellos deben seguir queriendo a ambos padres por igual. También es muy importante que vuestros hijos sepan que el que vosotros os vayáis a separar no significa que os dejaran de querer, que la dinámica familiar va a cambiar un poco pero el amor que sienten cada uno de vosotros por ellos no cambiara en lo absoluto.
Es muy normal que los peques luego de enterarse sientan miedo e inquietud por los cambios que vendrán, probablemente os preguntarán: ¿Dónde vivirán? ¿Con quién? ¿Cuándo verán al padre con el que no van a vivir? ¿Qué pasará en Navidades? Etc, Lo ideal es que antes de hablar con vuestros hijos ya estéis preparados para todas las posibles preguntas y dar todas las respuestas en común y mostrarles que aunque algunas cosas cambien, seguirán teniendo siempre a sus padres cuando los necesiten.
Este tipo de preguntas se repetirán a lo largo de los meses siguientes, así como sus intentos porque volváis a estar todos juntos. Tened paciencia ante lo que están pasando vuestros hijos.
Si os preguntan por las causas, evitad decir cosas malas del otro, aunque sean ciertas (por ejemplo, temas como la infidelidad, problemas con el juego…), sobre todo si los niños son muy pequeños. Es mejor que les expliquéis que ya no os lleváis bien, que discutís mucho y que os entendéis mejor como amigos que como pareja…
Es muy importante dejadles bien claro que no es culpa suya, y que ellos no son la causa de la ruptura, ya que en ocasiones los niños se sienten culpables.
Durante las semanas posteriores, estad muy atentos a su comportamiento, tanto en casa como en el colegio. Algunos niños se refugian en sí mismos y no muestran sus sentimientos, otros se vuelven rebeldes, cualquiera de los casos es síntoma de que necesitan ayuda para sobrellevar la situación.
Si consideráis que tanto vosotros como vuestros peques necesitan ayuda, no dudéis en acudir a un especialista, es normal necesitar un poco de orientación durante un proceso como este.