Sabemos, sin lugar a dudas, que el bebé nace con un cerebro tremendamen-
te inmaduro. Tan solo con 30 días, tras ser fecundado, el embrión ya presen-
ta 3 pequeñas estructuras que formarán la médula espinal y el cerebro.
Durante el primer año de vida, cada minuto se establecen más de 4 millones
de conexiones neuronales nuevas que continuarán desarrollándose durante
toda la infancia. Para ello, es imprescindible que el bebé reciba estímulos
sensoriales adecuados para que se produzcan estas sinapsis neuronales.
El primer sistema que se mieliniza es el vestibular, encargado del equilibrio,
la orientación y la estabilización de los ojos respecto a los movimientos de la
cabeza. Otro que comenzará muy temprano su desarrollo será el propioceptivo-táctil.
El cerebro siempre ha funcionado por jerarquías, así en la parte inferior se
encuentra la zona más primitiva y a medida que se asciende están las áreas
más avanzadas.
Existen distintas teorías como, por ejemplo, la teoría del cerebro Triuno o la teoría
de MacLean, que han estudiado los cerebros de reptiles, mamíferos y seres
humanos, y que agrupan las áreas del cerebro según su orden de aparición evo-
lutiva (de lo más primitivo a lo más humano, como las capas de una cebolla).
Las partes que lo forma:
Cerebro reptiliano (cerebro de instinto, cerebro básico).
Cerebro mamiferiano emocional o límbico
Cerebro humano, racional o neocórtex
Médula espinal
Tronco del encéfalo
Hipotálamo
Tálamo
Ganglios basales
Cerebelo
Córtex cerebral